NI PERUCAS NI GORILAS: ¡BIPOLARES!



Cuando los textos de X³ se hacen presentes esperando la feliz indiferencia, a veces, al contrario, entre los rictus de risa o pánico inmediatamente advienen el rechazo, el malestar, la indignación, la mofa, la exasperación, y así y así. Surgen preguntas. No tanto ¿quién podría haber escrito esto? Sino ¿quién lo publica? ¿por qué? ¿Qué es? ¿Qué pretenden estos enfermos mentales? ¿Se trata de un loco guiando a un loco? ¿Un bromista guiando a un loco? ¿Un loco a un bromista? ¿Es uno? ¿Son muchos? ¿Es un experimento editorial-literario? ¿Una broma de mal gusto? ¿Un documento de un caso de paranoia social aguda?...  Siendo así se entiende que esto ocurra. ¿No es esa incertidumbre –pregunta un optimista que pasa- la que se ha propuesto despertar cierta rama del arte de vanguardia por ejemplo? Si uno piensa en los anxious objets de Rosemberg, podría encontrarle un sentido afín a este objeto textual, a esta operación editorial. ¿Podría tratarse de un intento de comulgación literaria –escritural al menos- del art brut con el shock art? Podríamos remitirnos a unos dos mil y pico de años atrás y reparar en Sócrates, ya que estamos ante una pieza con connotaciones teoréticas. A Sócrates le llamaban atopos, sin lugar. El sin lugar, extraño, absurdo. Un sujeto-instancia anómico, inefable, que sólo llevaba a deparar anonadamiento. Efectivamente ¡es tan difícil no gustarle a nadie!... que no parece haber manera y hay que apelar a cualquier recurso con tal de ser excomulgado incluso por los autoproclamados “cualquieristas”, esa troupe bastante uniforme y ortodoxa en su terquedad colectiva que no parece estar dispuesta a admitir la menor disidencia ni en clave de broma. Pero todo esto es demasiado, acá no hay nada que justificar. Es como un faul, un ful, un simple ful y por el gusto de hacerlo. Ni siquiera es en broma. Nada. Pedimos indiferencia, la indiferencia que se debe tener ante un simple hecho. Hay que tener un proyecto irresponsable.

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La izquierda es una parte de la derecha. ¿Deja algún otro saldo que ése la sabiduría del Antilíder? Una sabiduría inútil, espantosa. Pero no la del espanto borgeano ¡la del verdadero espanto separatista! La del que –como pedía Zaratustra se va a la Montaña. O mejor –a lo Mahoma deja advenir a la Montaña. Mete su montañita en medio de la ciudad, por eso es una montaña tomada, algo peor todavía que la antigua “Torre de Marfil asediada” del poeta Marechal ¿no? Y entonces llega la comicidad horrorosa. Metamos cita, una que sepamos todos. Un párrafo de Trento de L. Lamborghini: “Soy un hombre-sótano. Pensante. Un pensamiento que ha venido tomando forma de sótano. Soy cómico y, por tanto, subversivo. Sótano. El vicio cómico encubre mis verdaderas intenciones. Reserva mental. Y pienso: mi vida es una permanente contradicción que se resuelve en una permanente duplicidad. Yoes: ¡Chist! Perseguido por mis fantasmas mentales. No hay salida para nadie y para mí menos que ninguno. Soy un archipiélago de ideas desconectadas que cuando se conectan producen monstruos. Soy una mente dividida, una máquina cuyo descanso consiste en maquinar todo el tiempo”.  Procopius, el personaje de esa novela pedía: “Escribir sobre lo serio en lenguaje cómico; escribir sobre lo cómico en lenguaje serio. ¡Señor, dadme esa gracia!”. Pero en X³ no hay gracia, salvo la que hace la desgracia. En él sí podría rigurosamente aplicarse, –quiero seguir con la cita que tengo a mano, para qué ir más lejos, manejo tres acordes de ninguna manera en sentido lato, esta incitante definición de Procopius: “¿Qué es un poeta? Alguien que escribe y no es escritor”. Bien. Literalidad. Éste es el caso, acá sí que se aplica, pero en serio en serio.

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En El Antilíder, tercera obra de X³ escrita con enorme justeza y mal agüero en los últimos meses de 2010, el eventual panfletarismo paranoico-fascista –sea literal o literariedad parece periodizarse, politizarse, se pliega a la manida “politización” ambiente que domina nuestros días, a su modo, siempre al calor de la lengua del enemigo, en cierta forma uniéndose, no pudiendo contra ellos. Al contrario, el lema esquizoide-nacional es siempre “al enemigo todo”; por eso El Antilíder no es una oda contra el verticalismo, ni se queda en la denuncia de la fabulación colectiva y la mistificación propia del peronismo ora de izquierda o derecha. Sólo se propone seguir despoblando el desierto, y por eso, por la negativa, que es el modo más sutilmente eficaz, se termina coronando como un canto de alabanza de lo que a primera vista denuncia, el más grande documento proselitista a favor del “Líder” ofreciéndose como íntegro martirologio del despropósito pleno en el exacto instante histórico en el que prosperaban a granel las necrológicas. TN puede desaparecer. El Antilíder quiere.

Catálogo


Carlos Cavallo


Mate

La vida no tiene importancia
El oficio de escribir duro
La razón de mi diva
Europa 15
El payador paranoico -y otros
Por un texto así
Narranadas
Cómo romper un vínculo
Perdón Borges
La verdad sobre la balsa
La jouissance peronista


Luciano García

La máquina de coser paraguas

El cuerpo, excepto
Impertenencias
Vida de un payaso muerto
Poses de ausente
Mi vida fascista y yo
Omar Viñole, antiescritor y antifilósofo

María García


Las extranias
Fantasticario
Un sexo, el sexo


X al cubo

Dios es argentino
La ruptura del dolor
El Antilíder


Javier Fernández Paupy

El último cíber
Un agujero lleno de basura

Gustavo Calandra

Barricada
La mística invicta

Johanna López Santos

Nimo... descuidos de un creador

Marcelo Neyra

Instrucciones para plastificar un baño

Ernesto Gallo

La libido disfrazada de anafe

Leandro Alva

El maxilar de Gardel

Rolando Pérez

Pinchus

Enrique Quinteros

Yo era César Aira

Ezequiel González

Filosofía menor y petisa

Lux Lindner

Notas para una argentinística y otras páginas

Cai Olagán Ruci

Adaptarse o Pérez ser
Un 5 mejor que d10s
Jorgito Tamagno
Pérez vuelve