por Casandra Bösch
que su mano
derecha no sabe lo que teclea su mano izquierda
que es un centro de actividad sensomotriz que se autoorganiza
que quiso componer un himno a la Argentina, su querido país
que todo lo que escribe rima con París
que es un centro de actividad sensomotriz que se autoorganiza
que quiso componer un himno a la Argentina, su querido país
que todo lo que escribe rima con París
Europa 15 -Cuadernos
Barcelona 06- de Carlos Cavallo, editada por Ediciones Del Trinche, Rosario es
el primer paso en la recolección de los cuadernos póstumos del autor de
"Poema al menemismo". Escritos en Barcelona en el año 2006 continúan
la saga de los "Cuadernos de Nadie (&
Toda)" inaugurados algunos años antes en Córdoba y continuados en
Rosario. Cuadernos escritos en birome y lápiz sobre un número que varía entre 10 a centenares de libretas
dispersas. Continuación improbable de su "La vida no tiene importancia (Por una paranoia sin trama"
(2004-2005), obra perdida de alrededor de 2000 páginas o apenas 20, muchas en
blanco. Definido alguna vez como heterónimo vivo de un escritor no existente es
también el autor de "Se solicita un solipsista", "Talarla
nada" y "La jouissance peronista" entre otros títulos.
Si algunas cosas sólo
pueden ser pensadas en el acto mismo de escribirlas, algunas cosas sólo
adquieren existencia por ese mismo acto, pero existencia inmediata, fugaz,
inasible, que se cuela entre los dedos como arena, como la vida que crea
involucionando.
Impulso inicial y
destino final son coincidentes, un traje hecho a medida y/o la experiencia
viene trajeada de la comprensión de su naturaleza con un cierre zip inviolable,
experiencia no diversa/inherente a su comprensión, experimentación del
"cuerpo fuera de uno", escritura sin pensamiento, escritura
automática.
Lectura veloz de las
filigranas que en nuestra fractal bóveda celeste provocan esas radiaciones que
originaron, allá y entonces, aquellos nuestros primeros alfabetos. El escriba
en Egipto, el famoso oficio, [bendito el escriba que se me viene a la mente] no
era sólo el que escribía, sino también el que leía.
Lectoescritura en trance.
Y nuestros dedos, tamborileando en este nuestro percutor electrónico. El autor
como percusionista, el ritmo de la letra como autor, palingenesia de la lengua
apenas comunicativa a través de un masaje cardíaco al corazón del sentido.
Despierta sentido,
cuenta. Ahora, (como entonces dijera
José Lezama Lima en Imagen y posibilidad)
ya sabemos que la única certeza se
engendra en lo que nos rebasa.
Ahora (como ahora
escribimos), intentemos dividir un poco: si leer es un acto de adivinación.
(Una cita de Henri Bergson, de Materia y
memoria nos colocará en tema: Contra
Grashey, que había sostenido en un célebre trabajo que leemos las palabras
letra por letra, estos experimentadores ha establecido que la lectura corriente
es un verdadero trabajo de adivinación, tomando nuestro espíritu de aquí y de
allá algunos trazos característicos y colmando todo intervalo con recuerdos imágenes
que, proyectados sobre el papel, sustituyen a los caracteres realmente impresos
y nos dan la ilusión de ser ellos. De este modo, creamos o reconstruimos sin
cesar.)
Recarguemos: si leer es
un acto de adivinación... y ahora Pausa.
Esta cita anterior más
esta otra de Perlongher me parece que se complementan como si fueran dos piezas
del mismo rompecabezas: El poeta hace
versos que no se entienden. Ello porque instalan el recurso mágico de su
resonancia en otro estado de conciencia, en un estado de conciencia cercano al
trance en el que se envuelve el que escribe, en el que él [que] escribe aspira
a envolver el que lee, en el que se envuelve (de últimas) el que lee.
Ahora sí todo junto:
Si el poeta hace versos
que no se entienden y el que lee adivina (o sea, si leer es un acto de
adivinación) positivamente estamos frente a un mecanismo ajeno totalmente al
del emisor-mensaje-receptor. La lengua personal, comunicativa, utilitaria da
paso a una lengua impersonal, fangosa, un limo, una sopa autorreferencial,
iterativa, arquetípica. Una lengua que abandona el cuerpo personal, una lengua
fuera de sí.
En fin, el remitente de esta carta llamada Europa 15, escribe y envía su texto a destinatarios no determinados, realiza una actio in distans, magia por mano = seducción a distancia. “Al que sabe leer y escribir, le resulta fácil lo imposible.” En fin, el autor de este libro, en su calidad de solipsista, nunca quiso volver inteligible la ortografía del Autor del Mundo, el “superautor innominado” es otra cosa. Esto, un mero goce preliminar, una coartada al éxtasis, aplazar el fin, Luciano García dixit.
En fin, el remitente de esta carta llamada Europa 15, escribe y envía su texto a destinatarios no determinados, realiza una actio in distans, magia por mano = seducción a distancia. “Al que sabe leer y escribir, le resulta fácil lo imposible.” En fin, el autor de este libro, en su calidad de solipsista, nunca quiso volver inteligible la ortografía del Autor del Mundo, el “superautor innominado” es otra cosa. Esto, un mero goce preliminar, una coartada al éxtasis, aplazar el fin, Luciano García dixit.
Todos los que me
inspiraron en esta review están
muertos, menos uno.
No sé.
